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lunes, 10 de noviembre de 2014

La montaña rusa de las emociones en terapias de conducta del perro

Cuando se inicia una terapia de modificación de conducta del perro, ya se ha dado un primer paso muy importante: admitir que existe un problema y tener la voluntad de poner todos los medios posibles para solucionarlo y tener una buena convivencia con el perro. 

El camino empezado puede ser corto, de unas pocas semanas, o largo, de unos meses o años, no lo sabemos con exactitud. Pero lo que sí te aseguro es que este camino tendrá curvas, subidas y bajadas, rodeos, atajos (muchos no recomendables) y hasta callejones sin salida que obliguen a desandar lo andado. Lo normal es que no sea una autopista en línea recta en la que se pueda ir rápido. Y no hablo solo de los avances y retrocesos para llegar a una solución al problema del perro, sino también de la gestión emocional de la terapia por parte de los dueños y del educador canino o adiestrador (sí, él/ella también)...

Es indudable que convivir con un perro con problemas graves (o no tan graves) de conducta como agresividades, miedos, ansiedades o, por ejemplo, un fuerte instinto de depredación/caza, no es nada fácil. Lo normal es que esas personas tengan, en general, dos formas de enfrentarse al problema:

- Una adaptación pasiva que consiste en adecuar su forma de vida a las exigencias del problema del perro evitando en todo lo posible las situaciones críticas.

- O, una adaptación activa buscando una posible solución con la ayuda de un profesional o, por lo menos, interesándose por cómo poder mejorar la convivencia.

La variable que el dueño tiene en cuenta, consciente o inconscientemente, es el gasto emocional o mental que le supone elegir una u otra vía. Como es de suponer, este gasto emocional no es el mismo eligiendo una u otra opción: es menor con una adaptación pasiva que con una activa.

Al iniciar una terapia de conducta (adaptación activa), el dueño debe saber que se enfrentará a una montaña rusa de emociones, desde la euforia al ver progresos hasta el desánimo y la desesperación cuando haya algún paso atrás (porque los hay), o también por el hecho de ver a su perro estresarse. Esto hay que tenerlo muy en cuenta, el educador canino o adiestrador debe advertirlo ya que la imposibilidad de enfrentarse a estas emociones es la principal causa de que se abandonen las terapias y que la persona decida que su gasto emocional es excesivo y prefiera abordar el problema a través de una adaptación pasiva. Sabiendo que esto será así, el dueño podrá anticiparse emocionalmente cuando las situaciones sean difíciles y, cuando éstas sucedan, ser capaz de rememorar o evocar algún hecho gratificante de su vida que le ayude a superarlas.

¿Y qué pasa con el educador canino o adiestrador? Parte de esas emociones también son absorbidas por él o ella. Una labor fundamental es poder contrarestarlas siendo consciente de que es capaz de influir en las emociones del dueño a través de su propio estado emocional, y de esta forma, dar seguridad. (El estado emocional del adiestrador)

El trabajo emocional, no solo del perro, sino también de los dueños es parte de las terapias de modificación de conductas. Optar por este camino sinuoso puede dar vértigo y cada paso ser un torbellino de emociones pero, por eso mismo, cuando llegan los resultados, la recompensa es inmensa, tanto para el perro como para las personas.

Si das el primer paso, no tengas miedo de lo que puedas sentir porque te ayudará a seguir adelante, a conocerte mejor y a tener una mejor convivencia con tu perro.




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6 comentarios:

  1. Hola!!! Lo primero unirme al sentir general de enhorabuena por el blog!! Muy útil y fácil de entender para los que no estamos aún muy puestos.
    Os voy a hacer una preguntilla, aunque me salga un poco del tema de la entrada.
    Hace una semana me regalaron una cachorro de bodeguero, que venía la pobre en un estado lamentable (600gr con 5 semanas, esquelética y llena de bichos porque su madre la estaba criando en un agujero en el campo...). El caso es que el cambio en esta semana es espectacular (come bien, le está saliendo pelo, comienza a jugar...). Pero como era de esperar hace caca y pipi por tooooodos lados. Soy novata pero entiendo q es cuestión de paciencia y tiempo. Sin embargo, me "preocupa" un poco más que también hace sus necesidades en su cesta de dormir, de hecho ya hasta busca el sitio sobre todo para hacer pis. Yo le he cambiado la cesta por una alfombra con trapos porque parecía que le daba miedo salirse de la cesta, le cambio los trapos cada vez q veo q estan mojados y cuando la pillo in fraganti la cojo corriendo y la llevo a los períodicos (aunque así suelo "cortarle el punto"). Quería saber si opinais que estas prácticas están bien o debo modificar algo o si tenéis algún otro consejillo para ayudarme.
    Siento el rollo, q imagino preguntarán cada dos por tres. Gracias de antemano.
    Un saludo!!!!

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    Respuestas
    1. Hola Macarena, gracias por el elogio del blog!
      Lo estás haciendo bien. Todo cambiará cuando puedas sacarla a la calle, es entonces cuando deberás premiarla al hacerlo en la calle y vaya aprendiendo, todavía es muy cachorra. Control de la conducta higiénica http://dogguaubilbao.blogspot.com.es/2012/12/control-de-la-conducta-higienica.html Las fases del cachorro http://dogguaubilbao.blogspot.com.es/2012/10/las-fases-del-cachorro.html

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  2. Este artículo nos viene de perlas. Estamos empezando un programa de modificación de conducta y leer " el dueño debe saber que se enfrentará a una montaña rusa de emociones, desde la euforia al ver progresos hasta el desánimo y la desesperación", me ayuda y da consuelo.

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  3. Buenas tardes Ricardo!

    Me encanta tu blog, dí con él hará un par de meses, y los artículos me han resultado de lo más interesantes y útiles.

    En particular este artículo también nos viene de perlas, porque hace 5 meses que adoptamos un perro de la perrera y debido a que nos hemos visto incapaces de corregir su instinto predador con bicis, balones.., su ansiedad cuando hay mucho tráfico, su estrés al saludarnos a nosotros y a personas conocidas (a pesar de que hemos seguido los consejos para tratar de extinguir esas conductas) hemos acudido a un adiestrador y empezaremos unas clases de adiestramiento y modificación de conducta. Y lo de la montaña rusa de emociones creo que es una buena definición del proceso.

    Espero que este esfuerzo emocional y ecónomico valgan la pena y tengan su recompensa.

    Muchas gracias y un saludo!!

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    1. Hola Zuriñe, gracias por el elogio.
      Seguro que valen la pena las clases. Tenéis que tener todas las ganas del mundo de aprender y de conocer mejor a vuestro perro, ánimo!

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