De vez en cuando me encuentro con artículos donde leo indicaciones con lo que debemos o no debemos hacer para mantener o imponer nuestro supuesto estatus de liderazgo sobre el perro y que éste siga o acepte ser sumiso ante nosotros. Lo siento, y con todo respeto, me parecen tonterías.
Es de una gran simpleza reducir la convivencia con nuestros perros a una relación de liderazgo-sumisión y que todas nuestras acciones con ellos sean vistas de esta forma. En este artículo voy a citar 5 cosas que hago con Biotz y que según muchas publicaciones (afortunadamente cada vez menos) estarían llevando a mi perro a ser un potencial malo malísimo líder perruno planeando echarnos de casa (y ya te digo yo que no es así):