Vaya por delante que este no es un artículo de crítica feroz contra el clicker. Pero sí es un toque de atención para aquellos que lo usan y se basan casi exclusivamente en él para la enseñanza de su perro. Yo no lo uso, o por lo menos lo hago muy poco (y eso no quiere decir que no trabaje "en positivo", lo recalco para los extremistas del método), pero hace unos días vi una forma de utilizar esta herramienta que no me parece la más adecuada para fomentar la relación perro-guía/dueño y quisiera compartirla contigo...
Primero, por si no sabes qué es el clicker, te digo que es una pequeña cajita con una lengüeta en el interior que al presionar hace click-click y que, por condicionamiento clásico (Perros de Paulov), puedes hacer que tu perro lo asocie con comida. De esta forma, cada acción que quieras premiar lo "marcas" sonando el clicker haciendo que tu perro te busque para que le premies.
Bueno, pues hace unos días, andando por el parque con mi perro Biotz, vi a un chico que iba paseando con una perra joven de raza boxer. No sé si era su dueño o un educador canino, pero se notaba que estaba trabajando con ella el paseo, y más concretamente practicando que la perra le prestase atención: el chico se giraba dándole la espalda y esperaba a que la perra dejase de mirar a su alrededor y se acercase a él.
Hasta aquí todo bien, hasta que vi cómo era su técnica y cómo procedía y, la verdad, me quedé sorprendido: cuando la perra se acercaba a él, hacía soñar el clicker, sacaba un premio de la bolsa, se lo daba y volvían al paseo y a repetir todo el proceso. TODO ELLO SIN UNA SOLA MIRADA DEL CHICO HACIA LA PERRA (además llevaba gafas de sol oscuras), SIN DECIR NI UNA SOLA PALABRA, NI TAN SIQUIERA UN ELOGIO, Y SIN TOCAR O ACARICIAR A LA PERRA. Siguieron paseando y, como era de esperar, cada vez que la perra obtenía su premio volvía a desconectar de su guía.
Ni qué decir que me quedé atónito.
El uso del clicker no debe excluir el fomento de la interacción social del perro con su guía a través de la conexión visual, los elogios y las caricias o contactos por las dos partes. Si no es así, el clicker hace que te conviertas a ojos del perro en un simple semáforo que, cuando se pone verde, obtiene una recompensa, premiando sus funciones egoístas de búsqueda de comida y atrofiando la capacidad innata del perro de relacionarse socialmente.
En el caso de este chico con la boxer, el uso que estaba haciendo del clicker le estaba deshumanizando ante la perra. No existían emociones, no existía conexión. Estoy convencido que a ella le daba igual quién estuviese llevando la correa.
No entiendo por qué hay personas que se empeñan en sacar las emociones del proceso de adiestramiento. Se ha comprobado científicamente que, tanto para el ser humano como para los perros, las emociones son imprescindibles para el aprendizaje. Los que proclaman fervientemente que no hay que humanizar al perro (antropomorfismo) se pasan al extremo opuesto, a objetualizar al perro, a tratarlo como algo que simplemente reacciona y crea conducta ante estímulos positivos o negativos. No es así.
LAS EMOCIONES DEBEN ESTAR SIEMPRE PRESENTES EN EL APRENDIZAJE DEL PERRO, SU INTERACCIÓN SOCIAL CON EL HUMANO.
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ufff.. hay cada personaje dando vueltas. No paro de sorprenderme y preguntarme porque ignoran a la ciencia.
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