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lunes, 24 de junio de 2013

4 Claves que facilitan el trabajo con el perro

Aquí tenéis unas claves que os facilitarán el trabajo con vuestros perros cuando le queráis enseñar cualquier cosa:

1. Un problema grande siempre puede dividirse en problemas pequeños

Si tienes un ejercicio complejo, lo puedes dividir en varios ejercicios sencillos, que una vez sean realizados correctamente, pueden unirse para lograr el ejercicio inicial (moldeado). Si empiezas a enseñárselo por el final, el perro siempre avanzará hacia algo que ya conoce, lo que le dará seguridad en sus acciones.

2. Si la técnica o el método no funciona, cámbialo

Tienes un perro que está motivado y te presta atención, pero no hay modo de que se tumbe. No te entiende. La forma que has elegido para enseñárselo no le vale. Busca otra, y otra, hasta que lo entienda. En la mayoría de las ocasiones tu perro quiere cooperar, intenta encontrar la solución y realiza acciones, si no logra hacerlo bien, es posible que la culpa sea tuya.


3. Las metas deben ser realistas:

Si le pides demasiado, el perro se verá desbordado ante una tarea que le supera. Por el contrario, si le colocas pequeñas metas que va superando exitosamente, le estimularás a enfrentarse a nuevas dificultades, y os animará a marcaros nuevas metas. Si ves a un perro con años de entrenamiento sentarse, y pretendes que el tuyo lo haga igual, no lo lograrás. Primero que se siente, luego que lo haga deprisa, luego que lo haga deprisa y de frente a ti, luego deprisa, de frente, y 3 minutos; deprisa, de frente, 3 minutos y con distracciones...

4. Tras cada acción correcta, confirma

Esto se olvida a menudo. Cuando el perro hace algo bien durante el aprendizaje, hay que premiar. Si lo hace bien de modo cotidiano, hay que confirmar. Basta con una caricia o un "muy bien", le indicará que hace lo que deseas. Si le das órdenes sin confirmar el perro puede pensar que está equivocándose en algo, y la siguiente vez desoírlas. Y si insistes en repetir una orden sin confirmar cada acción, el perro se verá en una situación muy conflictiva que no sabrá resolver. Intenta darte cuenta de cuántas veces a lo largo del día le dices a tu perro algo y luego no confirmas, por ejemplo, cuando le dices "no", y obedece, ¿qué haces después?

lunes, 17 de junio de 2013

5 + 1 errores que no debes cometer con un perro

Para minimizar los problemas de conducta en un perro, no cometas estos errores tan comunes entre los propietarios de perros:

1. No adquieras un perro al que le hayan separado antes de los 2 meses de su madre y hermanos: 
Siempre hay que recoger información de los antecedentes del perro (quiénes son sus padres, en qué condiciones ha estado viviendo...) y saber si durante esos meses ha sido criado junto a la madre y sus hermanos, ya que estos son clave para tener un futuro perro equilibrado.

2. No demores la educación o adiestramiento del perro:
Debes empezar a educarle desde el primer día que entra en casa, no esperes. Si el perro es un cachorro, asimilará rápidamente lo que le quieras enseñar; y si es adulto, ¡no importa! enséñale igualmente, los perros siempre pueden aprender. Si es necesario, no dudes en llevarle a clases de adiestramiento, aprenderéis los dos.

3. No humanices al perro:
Los perros son perros, no bebés ni niños, no les atribuyas caracteres humanos. Recoge información sobre conducta, psicología y lenguaje caninos para aplicarla a la relación con tu perro: entiende el por qué hace lo que hace y cómo comunicarte con él. 

4. No dejes de cubrir TODAS sus necesidades básicas: 
Todos los perros necesitan cubrir unas necesidades básicas para estar sanos y equilibrados. Si hay déficit en alguna de ellas, el perro desarrollará malas conductas. Estas necesidades son: ejercicio físico, estimulación mental, atención social, alimentación y cuidados sanitarios. 

5. No enfadarse con el perro:
Si debes corregirlo, hazlo pero nunca te enfades con él. Debes trabajar y fomentar la buena relación o vínculo con tu perro. Si tiene malos comportamientos, analiza el por qué, ya que en la inmensa mayoría de los casos es problema del dueño del perro.



(+ 1) NUNCA, PERO NUNCA, ABANDONES A TU PERRO:
Si ya no puedes tener a tu perro, siempre hay alternativas al abandono, búscale un nuevo hogar donde pueda seguir siendo feliz. 

lunes, 10 de junio de 2013

Tu perro y el coche: seguridad y consejos

Ahora que llega el buen tiempo seguro que buscarás lugares a donde ir y pasar buenos momentos con tu compañero o compañeros caninos. Llevar al perro en el coche debe ser una experiencia agradable y segura tanto para ti como para tu perro.

Uno de los problemas que te puedes encontrar es que el perro no esté acostumbrado a montar en el coche y/o tenga miedo de subirse a él, ya sea porque es la primera vez o no esté habituado a ir en coche. Si este es el caso, lo que puedes hacer son ejercicios para habituar al perro al coche y que lo vea como algo positivo:

  • Con el coche parado, deja que el perro se suba y huela el coche, a los pocos segundos le bajas y repites el ejercicio aumentando poco a poco el tiempo.
  • Cuando el perro esté dentro del coche, le acaricias haciendo que se relaje para que al final, antes de bajarle, esté tumbado tranquilo.
  • Realiza los mismos ejercicios pero con el motor en marcha para acostumbrarle a su sonido.
  • Por último, realiza trayectos muy cortos aumentando el tiempo progresivamente. Y siempre recompensando al perro por su buen comportamiento.

Sobre cómo debemos llevar al perro dentro del coche, la DGT prohíbe que los animales estén sueltos en el coche o que vayan en los asientos delanteros porque pueden representar un peligro para la conducción. La normativa actual no indica específicamente cómo debemos asegurar al perro dentro del coche. En el mercado existen diferentes sistemas para facilitar un trasporte seguro

  • Redes: Suelen ser de nylon y se enganchan a cuatro puntos fijos del coche. Hay que comprobar si su tamaño es adecuado al coche. Hay que tener cuidado si la red es elástica, impide que el animal se mueva, pero, en caso de impacto, no retiene al perro.

  • Barras separadoras: Es un entramado de barras horizontales y verticales que se adaptan a la altura y anchura del coche, impidiendo que el animal pase a la zona de los pasajeros. Son fáciles de instalar (quedan fijas por presión) y retienen mejor al animal, pero en muchas ocasiones no aguantan el empuje de un perro grande.

  • Arnés de seguridad: Es una correa que por un lado se engancha al arnés del perro y, por otro, tiene una lengüeta que encaja en el broche del cinturón de seguridad. En colisiones a poca velocidad son eficaces.

  • Barreras a medida: Son unas rejillas, normalmente metálicas, hechas a medida para cada modelo de vehículo. Generalmente, se realizan para retener cualquier tipo de carga, pero actúan perfectamente en el caso de los animales (un animal se asemeja a una carga). 

  • Transportines: Son una buena opción, reducen la movilidad del animal y se pueden colocar en el lugar adecuado. Es conveniente colocarlo junto a la barrera o elemento de retención, si no en la zona de carga, pegado al respaldo del asiento trasero. Muchos llevan unas ranuras que permiten sujetarlo con el cinturón de seguridad.

En ningún caso hay que transportar al perro en el maletero (cerrado), ya que una posible mala combustión del coche puede provocar una desgracia, además de que el perro necesita ventilación para transpirar.

Cuando viajes con tu perro en el coche también tienes que tener en cuenta estos consejos:

>No dejes que tu perro asome la cabeza por la ventanilla.
>Si haces un viaje largo, no te olvides de parar cada hora y media o dos horas para dar agua al perro y que estire las patas. 
>Que el perro haga sus necesidades antes de salir de viaje.
>Si es un perro poco acostumbrado al coche, darle una pastilla para el mareo, así previenes posibles problemas desagradables. 
>No dejes al perro solo dentro del coche más de 10 minutos y siempre a la sombra y con ventilación.
>No te olvides de su documentación y todo lo necesario para su alimentación y aseo.
>Si viajas fuera de tu provincia o al extranjero, infórmate sobre los requisitos necesarios y ten previsto algún veterinario en el destino por si surge alguna emergencia. 

Ahora que llega el buen tiempo, disfruta a lo grande de unas vacaciones o de una escapada de forma segura para ti y para tu perro. ¡Lo importante es viajar, disfrutar y volver!

lunes, 3 de junio de 2013

Acertar con la recompensa

Ya lo sabéis, para mi la mejor recompensa durante la educación básica en la relación dueño/perro es el juego directo con el perro. Pero si además usáis otro tipo de premios, como golosinas, ¿os habéis preguntado por qué golosinas y no otro tipo de comida? Es más, ¿por qué comida y no usar otras recompensas como la pelota, mordedor, juguete...?

Una respuesta podría ser por la sencillez y rapidez a la hora de premiar. Bien, pero lo que os planteo es que vayáis un paso atrás y os preguntéis: ¿realmente qué motiva a mi perro? ¿Estoy usando la recompensa más eficiente?

Os lo voy a explicar con un ejemplo:

Cuando quiero enseñar a mi perro Biotz alguna habilidad nueva utilizo un tipo de comida (sólo la uso en estos casos). Si me pongo a trabajar con él usando unos trozos de pan (no es que le guste, sino lo siguiente: le encantan), su conducta se descontrola tanto que es imposible que se centre en el trabajo. Es decir, su emoción es tan alta que su cognición (aprendizaje) es nula. Por eso uso pienso para enseñarle habilidades, es decir, una meta o premio más baja aunque motivante para poder ser eficiente en el aprendizaje.


Como veis, hay que tener muy en cuenta qué tipo de recompensa se utiliza cuando estamos enseñando al perro un nuevo ejercicio si queremos ser eficientes. A un perro que tenga una alta obsesión por la pelota  es bastante más difícil enseñarle ejercicios nuevos con ella ya que su nivel de emoción es tan alto que su conducta se descontrolaría. Tenemos que tener a un perro motivado por la recompensa pero sin llegar al extremo de no poder transmitirle nueva información.



Por lo tanto, antes de empezar una sesión de trabajo con el perro debemos evaluar la meta (premio o recompensa) que vamos a utilizar. Saber qué motiva al perro y usar un nivel de meta adecuado para que su emoción sea la correcta y ser eficientes en la transmisión de la información que queremos que aprenda.

Al final, lo ideal, es que nosotros seamos la meta del perro, que todas las recompensas "artificiales" desaparezcan y que el perro realice los ejercicios sólo porque se lo pedimos nosotros, ¿no os parece?