Después de conversar con varios de mis seguidores en Twitter me he propuesto escribir un artículo sobre este tema.
Los sonidos agudos se asocian a la excitación, la inmadurez o el miedo, mientras que los sonidos graves se relacionan con la autoridad, la amenaza o la agresión.
Si queremos excitar a un perro usaremos palabras cortas y repetidas incrementando el tono.
- Si queremos frenar a un perro en movimiento usaremos sonidos con gran variación del tono, subiendo y bajando como una montaña rusa, de esta forma seremos más efectivos para atraer la atención del perro.
En resumen:
- Utilizar notas cortas y repetidas para estimular al perro como palmas o palabras cortas y repetidas (¡VA! ¡VA!), usarlas para atraer al perro o que vaya más deprisa.
- Utilizar un sonido sordo y continuo prolongado, como SSH..., para tranquilizar o desacelerar al perro.
- Usar una nota corta y aguda para conseguir que un perro en movimiento se detenga y preste atención, como por ejemplo decirle ¡NO!, además de presentarle una motivación alternativa.
Nuestra voz expresa nuestras emociones y si aprendemos a usarla correctamente, controlaremos las emociones del perro y se puede convertir en una herramienta muy poderosa.
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