Durante el verano y, sobre todo, durante nuestras vacaciones el perro pasa mucho más tiempo junto a nosotros y cuando llega la vuelta a la rutina el perro debe pasar un proceso de adaptación emocional.
El perro con síndrome postvacacional presenta los síntomas comunes de la ansiedad por separación:
- Busca constantemente tu compañía y se muestra más cariñoso de lo habitual.
- Intenta llamar más la atención.
- Se incrementa su excitabilidad y nerviosismo.
- Ladra sin parar, sobre todo cuando le dejas sólo.
- Realiza destrozos que antes no hacía.
- Puede empezar a hacer sus necesidades en casa cuando antes era un perro limpio.
- Intenta escaparse de casa arañando y rompiendo las puertas.
Puede afectar a perros de todas las edades y razas, pero sobre todo a los perros que son más dependientes de sus dueños. Normalmente dura entre dos días y una semana, depende de lo que tarde el perro en acostumbrarse de nuevo a la rutina. Hay que recalcar que no es una enfermedad, es un periodo de transición emocional que el perro debe superar.
Lo mejor que puedes hacer es prevenir esa situación:
- Durante las vacaciones procura seguir con las rutinas normales del perro. Los horarios en verano son diferentes pero si tienes acostumbrado al perro a pasear pronto por la mañana, deberías levantarte y seguir esa costumbre. Al igual que mantener los horarios de sus comidas, procurando no darle a las horas con más calor.
- Es normal que en vacaciones queramos que el perro nos acompañe a todos los sitios pero, de vez en cuando, es saludable que el perro se quede solo en casa mientras das un paseo.
- A medida que se vaya acercando la fecha de la vuelta a la normalidad, procura establecer de nuevo toda la rutina que llevará el perro antes de empezarla de verdad.
Es normal que el perro tarde unos días en acostumbrarse de nuevo a la rutina diaria (al igual que nos pasa a nosotros) pero intenta que esta transición emocional sea lo menos problemática posible.
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