Cuando durante la entrevista inicial que suelo hacer para conocer al perro y sus dueños, éstos me preguntan "Pero, ¿el perro mejorará?", siempre pienso en qué será para ellos una mejora en el comportamiento del perro. Yo siempre contesto que con trabajo y constancia habrá resultados. Estos progresos en la conducta del perro serán valorados de forma subjetiva por los dueños teniendo en cuenta sus expectativas. Por eso, me gustaría que siguieras leyendo este artículo para que sepas valorar lo que consigues y no caer en la frustración...
Si tienes un perro con un problema de conducta, es normal que tengas en la cabeza una idea de lo que para ti sería obtener una solución a dicho problema. El ser humano es muy dado a compararse con otros seres humanos, y con nuestros perros hacemos lo mismo. Quieres que tu perro se comporte en esas situaciones conflictivas como lo hacen otros perros que conoces.
Es en base a esa solución ideal lo que creas unas expectativas de consecución cuando inicias una terapia de conducta con tu perro. Y esto puede ser un grave problema, al no entender que, al igual que el filósofo José Ortega y Gasset dijo "Yo soy yo y mis circunstancias", tu perro es él y sus circunstancias.
Con lo anterior no quiero que creas que no debes tener un objetivo máximo al que aspirar a conseguir, sino que no se convierta en una obsesión. Debes conocer que en toda terapia de conducta existen altibajos emocionales para los dueños del perro, como expliqué en este artículo La montaña rusa de las emociones en terapias de conducta del perro, y para minimizarlos es muy importante que pongas en valor cada avance por pequeño que sea. Esos avances son metas que debes felicitarte por haberlas conseguido y no deben quedar sepultadas por la expectativa, por esa solución ideal que tienes en tu cabeza, generándote una sensación de frustración de no conseguir el objetivo máximo.
En muchas ocasiones la rehabilitación al 100% es muy complicada. Esto es un hecho. Y sabiéndolo, puedes sentirte como ese estudiante que estudia para sacar un 10 pero se queda en un 8 y está satisfecho porque ha dado todo lo que tenía.
Volviendo al inicio del artículo, a la pregunta de ¿el perro mejorará?, en mi opinión, la mejora en el comportamiento del perro se debe valorar en tanto en cuanto mejora la convivencia entre el perro, su dueño y el entorno que les rodea, y no tanto medirla por si el perro hace este u otro comportamiento. Un ejemplo muy claro es ese perro que se tira a morder a otros perros pero que después de trabajar con él solo muestra otras señales de agresividad como ladrar, gruñir y enseñar los dientes: la rehabilitación no es completa y su comportamiento sigue siendo agresivo pero ha mejorado la convivencia con su entorno, ha dejado de morder.
Si puedes realizar actividades con tu perro que antes no podías, la terapia habrá tenido un resultado positivo.
Es en base a esa solución ideal lo que creas unas expectativas de consecución cuando inicias una terapia de conducta con tu perro. Y esto puede ser un grave problema, al no entender que, al igual que el filósofo José Ortega y Gasset dijo "Yo soy yo y mis circunstancias", tu perro es él y sus circunstancias.
Con lo anterior no quiero que creas que no debes tener un objetivo máximo al que aspirar a conseguir, sino que no se convierta en una obsesión. Debes conocer que en toda terapia de conducta existen altibajos emocionales para los dueños del perro, como expliqué en este artículo La montaña rusa de las emociones en terapias de conducta del perro, y para minimizarlos es muy importante que pongas en valor cada avance por pequeño que sea. Esos avances son metas que debes felicitarte por haberlas conseguido y no deben quedar sepultadas por la expectativa, por esa solución ideal que tienes en tu cabeza, generándote una sensación de frustración de no conseguir el objetivo máximo.
En muchas ocasiones la rehabilitación al 100% es muy complicada. Esto es un hecho. Y sabiéndolo, puedes sentirte como ese estudiante que estudia para sacar un 10 pero se queda en un 8 y está satisfecho porque ha dado todo lo que tenía.
Volviendo al inicio del artículo, a la pregunta de ¿el perro mejorará?, en mi opinión, la mejora en el comportamiento del perro se debe valorar en tanto en cuanto mejora la convivencia entre el perro, su dueño y el entorno que les rodea, y no tanto medirla por si el perro hace este u otro comportamiento. Un ejemplo muy claro es ese perro que se tira a morder a otros perros pero que después de trabajar con él solo muestra otras señales de agresividad como ladrar, gruñir y enseñar los dientes: la rehabilitación no es completa y su comportamiento sigue siendo agresivo pero ha mejorado la convivencia con su entorno, ha dejado de morder.
Si puedes realizar actividades con tu perro que antes no podías, la terapia habrá tenido un resultado positivo.
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