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miércoles, 26 de diciembre de 2012

Coger al perro en brazos: mala idea

Muchos perros de raza pequeña ladran y tienen un mal comportamiento cuando se les acercan personas u otros perros. No es casualidad, lo hacen porque se sienten totalmente inseguros y han aprendido que una persona u otro perro suponen una amenaza para ellos.

Pero, ¿por qué ésto es así? Porque los dueños de estos perros les han transmitido sus inseguridades y miedos cogiéndolos en brazos ya que piensan que no pueden controlar la situación.

Con esta actitud lo que hacen, inconscientemente, es enseñar a sus perros a tener miedo a todo lo que se les acerque y reaccionan ladrando y en ocasiones mordiendo.

Por eso es importante permanecer tranquilos y seguros, dejar que el perro aprenda a gestionar las situaciones que le generan estrés y no transmitirles nuestras inseguridades y miedos.

Si el perro ya tiene este problema, lo mejor que podemos hacer es trabajar con las distancias al estímulo y con su nivel de emoción. Es decir, recompensar al perro cada vez que aparezca el estímulo y que su nivel de emoción (miedo, fobia...) sea bajo, de tal forma que vayamos acortando la distancia y que cada vez tolere un mayor nivel de emoción hasta que el perro sea capaz de autocontrolarse en presencia del estímulo.

En definitiva, A LOS PERROS DE RAZAS PEQUEÑAS NUNCA HAY QUE COGERLOS EN BRAZOS PARA SACARLES DE SITUACIONES COMPROMETIDAS, TENEMOS QUE DEJAR QUE SE ENFRENTEN A ELLAS Y QUE APRENDAN A SOLUCIONAR DICHAS SITUACIONES. Tenemos que darnos cuenta que somos nosotros los que les inducimos su mal comportamiento.

martes, 18 de diciembre de 2012

El contacto visual con tu perro

Solo es salir a la calle para darse cuenta que, tanto si van atados o están sueltos, muchos perros no miran en ningún momento a sus dueños. Entonces, ¿cómo pretendemos tener una buena comunicación con nuestros perros si ni siquiera nos miran a los ojos?

El contacto visual con tu perro es el interruptor que enciende vuestra comunicación y la clave para entender lo que quiere uno del otro.

El hacer que tu perro te mire a los ojos facilita su educación o adiestramiento y fortalece vuestra relación. Trabajar este aspecto hará que el perro vaya más pendiente de tí y busque tu confirmación para saber si su comportamiento o conducta es la correcta.

Trabajar el contacto visual es relativamente sencillo, lo mejor es hacerlo mientras juegas con tu perro:
  • Deja su juguete favorito delante de él sin que pueda tocarlo.
  • En un principio su mirada se centrará en el juguete, ten paciencia y espera hasta que levante la cabeza y te mire a los ojos.
  • Entonces coges su juguete y se lo das.
Repite este ejercicio cada vez que juegues con tu perro y en cualquier situación que le quieras dar una orden (a la hora de comer, al salir por la puerta...). 

Notarás que en pocos días la conexión y la comunicación con tu perro mejorarán y que vuestro vínculo/relación saldrán fortalecidos.

martes, 11 de diciembre de 2012

Los "estados emocionales" del perro

En ocasiones me he referido en algún momento a las emociones del perro y a que influyen en su conducta. En este artículo me propongo explicaros qué son y cómo podemos utilizarlas.

La emoción forma la parte principal del sistema regulatorio del perro junto con la motivación, ambas son procesos involuntarios (no podemos elegir no tener miedo o hambre) destinados a la supervivencia y autodefensa del perro.

Muchos autores no se muestran de acuerdo sobre el significado exacto de "emoción". Esta es la definición que me parece más exacta: "La emoción es un sentimiento involuntario y los estados biológicos, los estados psicológicos y el tipo de tendencias a la acción que la caracterizan".

Donde sí parece haber un consenso es en la utilidad de las emociones: predisponen o dirigen la conducta de forma espontánea en momentos comprometidos donde la respuesta cognitiva resultaría ineficaz por lentitud o ausencia de datos. Ejemplo: si pasamos de noche por un callejón oscuro y nos encontramos de repente con varias personas con malas intenciones, no nos paramos a analizar fríamente la situación. Lo que hacemos es sentir miedo y el miedo le dice a nuestra cognición: no pienses, corre y vete a un lugar seguro.



La dificultad de trabajar con emociones en un perro está en dos puntos concretos, que son involuntarias y que la conducta que generan no se rige por las mismas leyes que la conducta generada por actos cognitivos, por eso no se habla de aprendizaje emocional sino de gestión emocional.

La gestión emocional nos permite influir en conductas emocionales del perro: agresión, miedo, ansiedad, alegría, estrés...Si se ignoran las técnicas de gestión emocional y se usan sólo técnicas conductistas o cognitivas nos darán resultados parciales, incompletos y que fácilmente desaparecen al subir el nivel emocional por encima de aquel en que hemos entrenado al perro.

Hay que tener muy en cuenta que el control cognitivo no se pierde de golpe, se va perdiendo según aumenta la intensidad de la emoción. La emoción en un perro se segmenta en base a la intensidad en un determinado momento, es lo que se denomina estados emocionales del perro: (desde su intensidad mínima hasta la máxima).


>Predisposición emocional

La emoción aparece a un nivel tan bajo que no es reconocida como tal, es un estado de ánimo. El perro debe tener un estado de ánimo positivo para tener una buena predisposición al trabajo que le queremos realizar.


>Inquietud emocional

La emoción es percibida pero resulta fácilmente manejable. En este tramo se trabaja para corregir fobias/ansiedades y enseñar acciones de contracondicionamiento (ejercicio que es incompatible con el que queremos eliminar, ej: miedo, enseñar el JUNTO) a reacciones emocionales inadecuadas.


>Influencia emocional

La emoción es claramente percibida y no puede ser apartada de la actuación del perro influyendo en su conducta. Se exigen al perro los contracondicionamientos enseñados en el tramo anterior para controlar las reacciones emocionales inadecuadas y se enseña a canalizar la emoción en una acción lícita (ej: petardos, huir hacia el dueño). La dirección de la conducta (qué hacer) está controlada por el sistema cognitivo, la forma de la conducta (cómo hacerlo) está controlada por el sistema emocional.


>Dirección emocional


La emoción dirige la conducta y el sistema cognitivo la forma de la conducta. Se canaliza la emoción a través de la acción lícita enseñada en el tramo anterior.


>Rapto emocional

La emoción dirige y determina la conducta. No se puede trabajar con el perro en esta situación. El perro pierde todo su autocontrol y solo podemos imponer un control externo.


La gestión emocional tiene una consecuencia muy interesante: 

Si a través de las conductas emocionales que diseñemos el perro encuentra solución a la emoción que siente empezará a tener seguridad en que puede resolver la situación emocional (huir, si se llega a la seguridad, es una solución al miedo) empezará a tolerar niveles progresivamente más altos de emoción. Por lo tanto, no solo estaremos dándole una alternativa a la emoción que siente el perro, por ej. miedo; sino que además estaremos solucionando el problema de fondo: el perro tendrá cada vez menos miedo.




(Modificado del libro 'Adiestramiento canino cognitivo-emocional' de Carlos Alfonso López García)

domingo, 9 de diciembre de 2012

Control de la conducta higiénica

En bastantes ocasiones me encuentro con dueños que comentan que su cachorro aguanta durante los paseos sin hacer sus necesidades y nada más volver a casa lo hace todo. Esto sucede porque el perro, que no ha salido a pasear durante el periodo de vacunación, no tenía más posibilidad que hacer sus necesidades en el lugar donde ha aprendido: su casa.


Para solucionarlo nos aprovecharemos de que el perro muestra una predisposición a hacer sus cosas en lugares concretos, solo debemos cambiar los de su elección:

Sacaremos al perro de paseo al poco de haber comido ya que es cuando normalmente a los cachorros les entran ganas de orinar y/o defecar. Al cabo de un rato volvemos hacia casa pero cuando estamos en la puerta nos damos la vuelta y volvemos al paseo, repetimos esta mecánica hasta que el perro no pueda aguantar la predisposición que le genera estar a punto de llegar a casa y haga sus necesidades, momento que aprovecharemos para confirmarle (premio).

Cuando el perro ya haga sus necesidades indistintamente en casa y durante el paseo le prohibiremos el acceso a las zonas de la casa donde las hacía para que opte únicamente por el momento y lugar que hemos decidido.

Castigar al perro sólo es útil si se le pilla in fraganti y el castigo adecuado es cortar el acto levantando al perro y dando una voz. NUNCA restregar el hocico del perro en sus deposiciones: es antihigiénico, antieficaz y mezquino.

Sin embargo, hay una serie de casos que requieren un tratamiento especial:

  • Marcaje: las cantidades de orina son pequeñas y el perro es macho. Puede ser temporal si aparece entre los 12 y los 18 meses de edad. El castigo es eficaz si cogemos al perro en el acto. Si la conducta es permanente y el castigo no funciona, la castración suele eliminar el problema.

  • Micción por sumisión-salutación: al entrar el dueño en casa, el perro como parte del saludo emite orina. Es independiente del sexo. Cualquier castigo está contraindicado y agrava la situación. El halago refuerza el comportamiento y lo agrava. Se debe enseñar al perro a sentarse, no a echarse ya que implica sumisión y potencia el problema, cuando llega el dueño. Se le hace permanecer sentado hasta que disminuya su excitación.

  • Micción por excitación: el perro orina sin muestra de sumisión al ser excitado (juego, ruido,...) el tratamiento es el mismo que en el caso anterior, pero el perro puede permanecer también echado.

  • Defecación por miedo: o va asociado a una fobia y se debe tratar como tal o el dueño aplica castigos exagerados. Nunca tratar con castigos.

  • Ansiedad por separación: perros educados orinan y/o defecan en ausencia de los dueños. El tratamiento es el indicado para prevenir la "ansiedad por separación".

Más Consejos: Consejos para enseñar a tu perro una correcta conducta higiénica http://dogguaubilbao.blogspot.com/2016/05/consejos-para-ensenar-tu-perro-una.html 

martes, 27 de noviembre de 2012

Provocando Desconfianza e Inseguridad en tu perro

Hace tiempo quería hablar de este asunto, el título de este artículo es la consecuencia a la respuesta a esta pregunta: 

¿Por qué dejamos que nuestros perros cuando estamos de paseo y van atados se saluden con TODOS los perros que nos encontramos?

Alguien dirá "bueno, se tienen que relacionar con otros perros"; sí, es cierto pero ¿acaso nosotros saludamos a TODAS las personas que nos encontramos por la calle? ¿Eso quiere decir que no nos relacionamos? Por supuesto que no, lo que pasa es que si saludásemos a todas las personas que vemos por la calle nos crearía tal estrés y ansiedad que nos resultaría insoportable.


Entonces, ¿por qué se lo permitimos a nuestros perros? Cada encuentro les provoca un gran estrés y ansiedad, junto con un aumento de la desconfianza e inseguridad en el perro. Y esto último, ¿por qué? porque en la gran mayoría de los casos son ellos los que toman la decisión de ir a saludar a otro perro, algo que no deberían de hacer cuando van con la correa.

Cuando paseo con Biotz atado, de lo único que se tiene que preocupar es de seguirme. YO controlo el paseo, decido por dónde ir y cuándo pararnos a saludar a otro perro o a oler unas hierbas. Ha entendido que se vive mejor yendo a mi lado o detrás sin tomar decisiones que ir delante enfrentándose al mundo con lo que ésto supone, es decir, le estoy transmitiendo CONFIANZA y SEGURIDAD, le estoy diciendo: "Biotz, tranquilo que vas conmigo y no te va a pasar nada porque yo controlo las situaciones". 

Cómo dar Confianza y Seguridad a tu perro

Lo primero de todo es enseñarle a no tirar de la correa y a pasear de una forma más relajada. Una de las técnicas más efectivas es girar 180 grados y cambiar de sentido cuando te adelante tu perro, y repetirlo las veces necesarias hasta que tu perro te mire como diciendo "vale, ¿ahora que hacemos?". Es entonces cuando el perro va entrando contigo en el paseo y le felicitamos por ello.

Una vez que tu perro haya aprendido a no tirar de la correa, acércate a saludar a un perro desconocido y párate como a 2 metros de distancia. Tu perro tiene que quedarse quieto junto a ti sin querer ir hacia el otro perro. Una vez conseguido, acércate tú a saludar al perro sin que el tuyo se mueva, para después invitar a tu perro a que huela al otro. O lo que es lo mismo, tomas tú la decisión de conocer y saludar PRIMERO al perro desconocido y después lo conoce y lo saluda tu perro.

Con esta forma de acercarnos a otro perro, lo que hacemos es aumentar la confianza y seguridad que tiene nuestro perro en nosotros y a su vez que él se sienta más confiado y seguro, sin tener que tomar decisiones que le provoquen estrés y ansiedad.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Pautas para el tratamiento de la "ansiedad por separación"

La ansiedad por separación es uno de los problemas más comunes que presentan nuestros perros hoy en día y viene motivada por el aumento del número de perros que conviven en nuestras casas y su gran dependencia de nosotros. 

Los perros que muestran ansiedad por separación normalmente acompañan a su dueño a todas partes, han tenido compañía humana continua, pueden haber sido abandonados, se refugian en el regazo del dueño frecuentemente, se excitan cuando se prepara para salir y exageran sus saludos al volver a casa; en definitiva, suelen ser perros muy dependientes.

En este artículo quiero dar unas pautas para corregir este problema tan común.


PAUTAS DE TRATAMIENTO

Antes de irnos:

  • No despedirnos del perro, ya que generamos una expectativa de relación que frustramos bruscamente al marchar.
  • Ignorar al perro un rato antes de irnos (10 o 15 minutos).
  • Poner juguetes interactivos en los lugares donde suele realizar las malas conductas.
  • Agotar al perro antes de realizar salidas largas.
  • Ponerle la comida al irnos, de esta forma y después de haber hecho ejercicio su cerebro se pondrá en "formato" descanso.

Cuando volvemos:

  • No hacer caso a sus saludos hasta que se tranquilice.
  • Retirar los juguetes interactivos.

En casa:

  • Simular salidas preparándonos como si nos fuéramos (abrigo, llaves...).
  • Alargar las expectativas de vuelta hasta hacerlas languidecer. Para ello podemos realizar un programa de ausencias preparadas con tiempos progresivamente más largos: lo que tardemos en ir al ascensor y volver, en ir al portal y volver...
  • No dejar que nos siga a todas partes.
  • Enseñar al perro a permanecer quieto tumbado hasta que se relaje y mantenerle así frecuentemente.
  • No premiar con cariño, juego o comida actitudes dependientes como apoyarse en nuestro regazo.
  • En general, buscar que el perro vea en la casa un elemento de seguridad, no sólo en nosotros.

Si tienes un perro con ansiedad por separación pon en práctica estas pautas para tratar el problema, y recuerda que sólo con trabajo y paciencia se consiguen resultados.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Las Distancias de Relación del perro

Seguramente os habéis dado cuenta que un perro se comporta de diferente forma según a qué distancia se encuentre de nosotros o de otro perro. ¿A qué es debida esta diferencia de comportamiento?.

El perro es un animal social que vive de forma colaborativa y permanente con otros individuos de su especie o con nosotros, y que posee la capacidad de trabajar en equipo, lo que significa que puede realizar acciones no sólo para conseguir un beneficio propio sino también para su manada o para nosotros. 

Esto nos lleva a la necesidad del perro de comunicarse con el resto de individuos y variar su conducta para obtener el beneficio esperado. Esta conducta  viene determinada en función de la distancia a la que se encuentre el perro del resto de la manada o de nosotros.

Existen 3 distancias de relación que determinan la conducta del perro:





  1. Distancia de atención social: espacio alrededor del perro en que mantiene su atención al grupo y puede variar su conducta por influencia de éste. Es la mayor distancia a la que podemos influir en el perro. Varía según las circunstancias: os habéis fijado que en el monte en cuanto hay una curva el perro se da la vuelta, mira y espera; pero en una playa donde os tiene controlados más fácilmente esta distancia es mucho mayor. Normalmente en esta distancia no enseñaremos al perro nuevas acciones sino que solicitaremos las ya conocidas o moldearemos las acciones instintivas.
  2. Distancia individual: cercanía necesaria para interacciones sociales directas entre individuos. Es aproximadamente de 7 metros pero depende de cada perro. Cuando dos perros entran en esta distancia se establece un diálogo entre ellos a través del lenguaje corporal. Esta es la distancia donde normalmente se enseña a un perro.
  3. Distancia crítica: cercanía necesaria para que el perro se sienta agredido en situaciones que pueden comprometer su seguridad. Esta distancia se podría dividir en dos:
  • Distancia de conflicto: es aproximadamente de 30 centímetros de la cara del perro. Si dos perros entran en esta distancia y hay una situación de interacción por dominancia, posesión de recursos, etc. puede ocurrir una agresión.
  • Distancia de seguridad: es la distancia a la que sube el nivel de alerta del perro ante situaciones con el entorno: barrancos, obstáculos...

Las distancias de atención social, individual y crítica son variables de un perro a otro, de una situación a otra y pueden ser modificadas por el adiestramiento. Conociendo estas distancias podéis observar a vuestros perros y así poder influir en su conducta.



(Modificado del libro 'Adiestramiento canino cognitivo-emocional' de Carlos Alfonso López García)

lunes, 12 de noviembre de 2012

Cómo tener un perro más proactivo.

Os estaréis preguntando qué significa tener un perro proactivo y por qué es importante. No os preocupéis, ahora os lo explico.

Cuando queremos educar o enseñar acciones nuevas a nuestros perros, normalmente, tienen una fuerte dependencia de estímulos externos para iniciar y/o mantener dichas acciones, es lo que se llama tener perros reactivosEsta dependencia hace que cuando un perro se enfrenta a una situación nueva, la cual le genera estrés, no sepa gestionarla adecuadamente y busque nuestra ayuda para encontrar la solución al problema y realizar la conducta adecuada.

Si queremos que nuestro perro aprenda a gestionar mejor el estrés que le produce el enfrentarse a una situación nueva, debemos trabajar con él para tener un perro proactivo, es decir, un perro que se implique y actúe de forma activa buscando la solución al problema que se le plantea. De este modo, tendremos un perro menos dependiente de nosotros y tendrá una mayor capacidad de aprendizaje de nuevas conductas. 


Para conseguir proactividad en el perro debemos seguir unas pautas:

  1. Resolución proactiva de problemas: poner al perro en situaciones nuevas, buscando que actúe de forma no programada para conseguir un premio (comida o juguete). Estas situaciones pueden ser laberintos, comida escondida en cajas o en sitios difíciles, etc. Es importante variar continuamente los problemas y adecuar la dificultad al avance del perro. Este trabajo siempre es en positivo y nos podemos ayudar con el clicker.
  2. Ritmo de trabajo: con acciones sencillas ya aprendidas por el perro (sentado, tumbado...) realizadas de forma rápida ofreciendo comida o juego como recompensa. Sesiones cortas y muy rápidas que hagan difícil al perro seguir el ritmo, incluso dejando que se pierda. Mejora la atención y la concentración.
  3. No crear dependencia de la correa: realizar con el perro ejercicios sin correa para prevenir dos posibles problemas: que el perro necesite la correa para aprender; y que el perro se apoye en ella para solucionar cualquier problema, ya que nosotros inconscientemente podemos corregirle a través de la correa.
  4. Uso del aislamiento o time out: en sesiones de trabajo en positivo sobre ejercicios ya conocidos por el perro es tremendamente eficaz para aumentar la implicación del perro interrumpir la sesión cuando el perro cometa algún fallo. 
  5. Trabajo natural de nariz: en la obediencia, sin darnos cuenta, podemos estar ayudando demasiado a nuestro perro, sobreguiándolo (posiciones inconscientes del cuerpo, ayudas de la correa...) en un trabajo de rastro natural esto no es posible. Este trabajo refuerza la autonomía y la capacidad de concentración del perro.

De esta forma nuestro perro aprenderá a ser más proactivo y se implicará más en el trabajo cuando le queramos enseñar nuevas acciones. Y además, sabrá gestionar mejor cualquier situación nueva que le provoque estrés y encontrar por si solo la conducta correcta que solucione esa nueva situación.



(Modificado del libro 'Adiestramiento canino cognitivo-emocional' de Carlos Alfonso López García)

miércoles, 7 de noviembre de 2012

PAUTAS para la buena educación e integración del cachorro.

¡Aquí tenéis lo prometido! El tercer y último artículo dedicado al cachorro. Espero que os resulte interesante y de utilidad.

Para terminar esta serie de artículos quiero daros unas pautas para ayudaros en la educación e integración del cachorro que, correctamente aplicadas, nos ayudarán a conseguir un fuerte vínculo con el cachorro, de tal forma que nos asuma como guías y le encamine a la obediencia real y confiada sin afectar en absoluto la nueva relación.

Socialización: es MUY IMPORTANTE darle al cachorro la opción de conocer diferentes ambientes (ciudad, campo, interiores...), diferentes personas, jugar con niños, conocer otros perros, otros animales...Cuanto más podamos sacarle a sitios nuevos y más experiencias reciba mejor. La exposición a estos estímulos debe ser medida y gradual. 

Liderazgo: a partir de que el cachorro ya tiene un vínculo con nosotros tras unos días debemos dejarle claro que tenemos autoridad sobre él, por dos razones: es lo que de forma natural pasaría en la camada y haciéndolo en este momento evitamos conflictos posteriores con el perro.

Lo que NO hay que hacer
  • Castigarle con el collar o correa.
  • Castigarle por no aprender acciones.
  • Castigarle progresivamente.
  • Ser inconsistente en el castigo.
  • Causarle dolor físico.
  • Causarle un shock emocional (golpearle con periódicos, exageración de gritos...).
  • Darle mucha importancia a su mal comportamiento.
  • Mantener una actitud enfadada con el cachorro tras el castigo.
  • Castigarle por hechos pasados.
  • Aplicarle castigos incomprensibles.
  • Castigarle para que aprenda a hacer sus necesidades.
Lo que SI hay que hacer: acciones y trabajos equivalentes a los naturales.
  • Ponernos a comer en una mesita baja algo apetitoso para el perro, cuando se acerque intentando "robar" un bocado le empujamos sin decirle "no" ni prestarle atención luego, si vuelve a insistir repetimos hasta que no moleste. Al terminar, no debemos ir a buscarle para acariciarle, le ignoramos salvo que se acerque, en cuyo caso jugamos con él. Esta es la forma de los adultos de tratar a los cachorros en la mayoría de los cánidos salvajes cuando hay comida de por medio.
  • "Nada es gratis", pedirle que ejecute un ejercicio antes de conseguir algo, por ejemplo tumbado y quieto frente a la comida.
  • Ponerle al perro de comer después de comer nosotros.
  • Enseñar al cachorro la orden de FUERA, que indica que se aleje de nosotros y nos deje tranquilos.
  • Debemos ser nosotros quienes iniciemos y terminemos los juegos.


Manipulación: es necesario acostumbrar al perro a aceptar la manipulación por parte de nosotros. Debemos conseguir que el perro acepte ser manipulado toda la vida sin asociarlo siempre a castigo o siempre a recompensa. Hay tres tipos de manipulación:
  • El castigo jerárquico, zamarreándole.
  • El juego.
  • La manipulación como guía para inducción de tranquilidad (acariciar al perro en cara, orejas, patas, cuello...).


Enseñanza del "NO": debe significar para el perro "eso que estás haciendo es incorrecto". Según el tono que le demos variará desde ser informativo hasta ser una prohibición con efecto de castigo jerárquico, por ello su enseñanza correcta es tan importante como difícil.


Entrenamiento de jaula: es importante enseñar lo antes posible al cachorro a permanecer tranquilo y relajado dentro de una jaula o transporting. Ventajas:

  • Facilidad para el transporte del animal.
  • Ayuda a prevenir la ansiedad por separación.
  • Ofrecerle un sitio tranquilo, disminuyendo la ansiedad que aparece al llegar a sitios nuevos.
  • Tener un lugar donde aislar al perro si éste se muestra muy pesado o nuestro humor puede enfadarnos.


Necesidad de ejercicio: el cachorro debe hacer ejercicio diariamente. Cubrir esta necesidad ayuda a su buen desarrollo. Los paseos son un buen momento para mejorar la vinculación y ayudan a disminuir las conductas destructivas dentro de casa. Un cachorro ha hecho ejercicio suficiente si al volver del paseo se tumba a dormir, si durante el paseo se acuesta o para jadeante estamos sobreejercitándole.

Estas pautas constituirán la base de nuestra futura relación con el perro generando una confianza mutua y una relación sana y natural.



(Modificado del libro 'Adiestramiento canino cognitivo-emocional' de Carlos Alfonso López García)


martes, 30 de octubre de 2012

Las Fases del CACHORRO

Aquí tenéis el siguiente artículo dedicado al cachorro. No será el último.

Quiero hablar sobre las fases por las que pasa un cachorro desde su nacimiento hasta que deja de serlo con la madurez sexual. Me parece importante conocerlas porque en mi opinión son las etapas más importantes en la vida de un perro que condicionarán su conducta futura.

Muchos problemas de conducta tienen su origen en el desconocimiento de estas fases por las que pasa el cachorro y la actitud pasiva por parte del criador y del futuro dueño. 

Muchas personas piensan que no hay que tomar una actitud activa en la manipulación o educación de un perro hasta que éste haya dejado de ser cachorro, dicen "es muy pequeño, ya aprenderá", y cuando se quieren dar cuenta tienen un perro adulto y con problemas de conducta. 

Hay que concienciar a la gente que la manipulación y educación de un cachorro desde su nacimiento es fundamental para tener un futuro perro más sano y equilibrado.

Es importante recordar que el inicio y final de cada fase son variables según la raza y el individuo, y que el proceso de desarrollo del cachorro es continuo y gradual; aún así se distinguen las siguientes fases:

Fase neonatalson los 14 primeros días de vida. El cachorro pasa casi todo el tiempo dormido y el resto lo dedica a alimentarse. Defeca y micciona como reflejo a la estimulación lingual de la madre. Se ha demostrado que es importante en esta fase la manipulación del cachorro por parte del criador (estimulación táctil, ponerle de piés, ponerle boca-abajo, ponerle panza arriba y estimulación termal). Esta manipulación tiene una serie de beneficios:
  1. Mejoras en el desarrollo cardiovascular.
  2. Latidos del corazón más potentes.
  3. Glándulas adrenales fortalecidas.
  4. Mayor tolerancia al estrés.
  5. Mayor resistencia a la enfermedad.
  6. Crecimiento más rápido.
Fase de transición: es la 3ª semana de vida. Se inicia la actividad de exploración y aparecen las primeras conductas de juego. Los cachorros empiezan a defecar y miccionar autónomamente.

Fase de socialización: de la 4ª a la 12ª semana de vida. Aumenta la conducta de exploración y a las 6 semanas aparecen las primeras pautas de relación social. En el juego aparecen conductas adultas (caza, monta...) y aprende a aceptar a otros perros, personas u otros animales que conozca.

Durante esta fase, entre la 5ª y 8ª semana, aparece el imprinting o impronta: es el proceso por el cual el cachorro reconoce a su especie, y si tiene contacto con el ser humano a éste como de su misma especie; y más concretamente es el espacio de tiempo que transcurre entre el inicio de la madurez sensorial hasta la aparición del miedo. Una impronta deficiente puede ser muy difícil de corregir y generalmente el animal siempre mostrará suspicacia hacia la especie con la que no ha sido improntada.

Es la fase más importante para la evolución de la conducta del perro. Tanto el criador como el dueño tienen que tener conciencia de ello y deben de socializar y habituar al cachorro a todos los estímulos posibles.

Fase juvenil: desde la 13ª semana hasta la madurez sexual. Aumentan la capacidad motora y las conductas que estaban limitadas por ella. Se entrenan las conductas adultas.

El conocimiento de estas etapas en el desarrollo del cachorro ayuda a que se pueda realizar un trabajo conjunto entre criador y dueño para la prevención de malas conductas 
actuando desde el primer día y así tener un perro más sano y equilibrado.


(Modificado del libro 'Adiestramiento canino cognitivo-emocional' de Carlos Alfonso López García)




viernes, 26 de octubre de 2012

EL CACHORRO: La importancia de la madre y la camada.

Este es el primer artículo de una serie que me propongo escribir sobre el tema de los cachorros. Espero que os resulten interesantes.

Una de las preguntas que siempre hago cuando estoy hablando con alguien que tiene un perro o con un cliente, y me cuentan que tienen algún problema con él y que lo adquirieron de cachorro, es: ¿cuántas semanas tenía cuando llegó a casa? Y la respuesta suele ser: menos de 8 semanas.

En bastantes ocasiones la respuesta me da una pista del posible origen del problema. Un cachorro que se le separe de su madre y de sus hermanos antes de las 8 semanas tiene muchas posibilidades de desarrollar futuros problemas de conducta. 




A un cachorro se le debería separar entre la semana 8 y 10 de su madre y de sus hermanos de camada.

El origen de muchos problemas de conducta está en no respetar este período de tiempo y separar prematuramente al cachorro de su madre y sus hermanos.



Si hubiese más concienciación al respecto tendríamos perros más equilibrados y con una mejor calidad de vida, y por supuesto, dueños menos frustrados

¿Por qué son importantes la madre y la camada?

La relación del cachorro con su madre y hermanos es fundamental en el desarrollo posterior del perro, ya que se moldean y se ensayan los esquemas sociales y de relación.

Una madre equilibrada facilita:

  • Claves claras para el aprendizaje de normas sociales.
  • Correcciones adecuadas para facilitar la correcta jerarquización.
  • Vigilancia efectiva de sus acciones sin cortar sus avances exploratorios.

La camada le da claves para una mejor vida social:

  • Es el fundamento de las relaciones sociales posteriores.
  • Capacidad de integración en la estructura social natural del perro, la manada.

Observar cómo actúa la madre con los cachorros y éstos entre sí, da una imagen bastante concreta de cómo actuar con un cachorro. Se ve en estas relaciones que cuando el cachorro se pone pesado o intenta acciones ilícitas la madre le corrige. También entre cachorros se da este tipo de acciones: el mordisco suave que el perro emplea para jugar se aprende con la camada.

Vemos que desde el principio en la formación del cachorro aparecen el castigo y el castigo por supresión. Es natural que la madre no le permita al cachorro "robarle" su comida y el castigo (adecuado) refuerza el concepto de jerarquía del cachorro. En cambio, es antinatural que la madre corte la iniciativa exploratoria necesaria en el cachorro para obtener datos de su entorno. 

NOSOTROS DEBERÍAMOS ACTUAR DE MODO EQUIVALENTE, ES DECIR,
LO MÁS NATURAL POSIBLE EN BASE A LAS RELACIONES ENTRE EL CACHORRO, SU MADRE Y SUS HERMANOS.



(Modificado del libro 'Adiestramiento canino cognitivo-emocional de Carlos Alfonso López García)

lunes, 22 de octubre de 2012

CONFIRMACIONES Y LIBERACIÓN: ¿Las utilizas con tu perro?

Veo, cuando voy paseando con Biotz, que la mayoría de las personas que van con un perro solo se dirigen a él para corregirle o regañarle por alguna conducta incorrecta pero cuando, por ejemplo, ignora un trozo de bocadillo en el suelo no le felicita por no comérselo. También observo que cuando le dan una orden a su perro, éste decide por si solo cuándo acaba esa orden. Un ejemplo puede ser que le manden un "tumbado" pero que el perro se levante cuando quiera y el dueño le tiene que estar dando la orden una y otra vez.

Lo que les ocurre a estas personas es que en la educación o adiestramiento de su perro no están usando dos conceptos que, bien utilizados, son herramientas muy importantes que nos ayudan a enseñar exactamente las acciones correctas que queremos que nuestro perro aprenda. Estos conceptos son la CONFIRMACIÓN y la LIBERACIÓN.

La Confirmación

La confirmación "MUY BIEN" es la corroboración al perro de que la conducta adoptada es correcta. Si le estamos enseñando cualquier tipo de acción, tras la confirmación el perro debe seguir trabajando, confirmar no implica finalizar el trabajo ni abandonar la conducta, aunque suele desestabilizarla ligeramente.

Se puede confirmar con diferentes intensidades usando algún tipo de recompensa. Es la situación y el nivel de avance que suponga la acción o destreza los que han de determinarlo.

Se debe confirmar en las siguientes situaciones:


  • En la aparición incipiente de conductas adecuadas.
  • En la estabilización de una conducta recién aprendida o de una conocida tras el surgimiento y superación de un problema.
  • En el avance o mejora importante en la realización de acciones ya conocidas.
  • En la superación de una dificultad.
  • En la intención de variar una conducta inadecuada.

La Liberación

La liberación "HALE" o "LIBRE" es la indicación al perro de que el trabajo o una determinada orden ha terminado y puede actuar libremente. La liberación es muy importante para que el perro conozca el punto final de la orden dada a partir del cual no está sometido a ella. Si no liberamos al perro será él quién tenga que deducir cuando termina la orden o el trabajo, dando lugar a posibles problemas:
  1. Si no conoce el punto final de la orden dada, puede o bien romperla antes de lo deseado o permanecer bajo disciplina cuando ya no es necesario.
  2. Puesto que tiene que evaluar el entorno para decidir el final de la orden o ejercicio no estabiliza las acciones aprendidas. Esto afecta especialmente a las acciones como el "QUIETO" o el "JUNTO".

La liberación es un referente claro de final que permite al perro relajarse durante la realización de un ejercicio u orden, sabiendo con claridad ante qué señal concreta puede actuar libremente.
La utilización de estos dos conceptos nos ayudan a transmitir a nuestros perros exactamente lo que les queremos enseñar. La confirmación hace que le digamos al perro que la conducta que está realizando es la adecuada, y 
la liberación nos permite indicar al perro el final de una orden 
determinada y, por lo tanto, enseñarle exactamente una determinada acción.



(Modificado del libro 'Adiestramiento canino cognitivo-emocional de Carlos Alfonso López García)

miércoles, 17 de octubre de 2012

Tu perro y la pelota: una relación "obsesiva"



"Qué tendrá la pelota que tanto les gusta a los perros". Ésto es lo que me comentaba una señora el otro día cuando paseaba con Biotz mientras ella le lanzaba una y otra vez una pelota a su perrita.

¿Quién no ha jugado con su perro o perra a tirar una pelota? Jugar a lanzar una pelota a tu perro saca el lado cazador que hay en él, es algo que todo perro lleva en sus genes. Como es lógico, unas razas están más predispuestas que otras. Tú te diviertes viendo cómo corre detrás de la pelota y él se lo pasa genial y llega a casa jadeando y cansado.

¿Todo este ejercicio que hace el perro es "natural"? O dicho de otra forma, ¿Estamos pensando en la necesidad del perro de hacer ejercicio o en que tenemos poco tiempo y queremos que el perro se canse lo antes posible para que en casa esté tranquilo?

En la Naturaleza, una manada de lobos o de perros salvajes recorren largas distancias a lo largo del día en busca de alimento, y en este ejercicio que hacen no hay nada de excitación y ansiedad. Todo lo contrario de lo que nosotros fomentamos en nuestros perros, a través de juegos que les excitan y les crean ansiedades.

El juego de tirar una pelota (o un palo, o cualquier cosa) tiene un lado oscuro, se llama obsesión. Tu perro puede llegar a obsesionarse de tal forma que no pare de ladrar, le produzca taquicardias y, en definitiva, le reste años de vida. Para evitar que tu perro llegue a obsesionarse con la pelota, el ejercicio que le debes proporcionar tiene que estar basado en los paseos diarios y en juegos controlados con otros perros y contigo. Qué quiero decir con "juegos controlados": juegos en los que tú controles la excitación de tu perro y que si sobrepasa cierto nivel, el juego se termine. Es decir, que tengas total control del estado emocional de tu perro. Además, tiene que aprender a desconectar del juego una vez que lo hayas dado por finalizado.

Cómo jugar correctamente con tu perro a lanzar una pelota.

  • Tú inicias el juego y tú lo terminas.
  • No juegues siempre en los mismos lugares.
  • Si tu perro te pide la pelota ladrando, no se la des.
  • Aplica el Principio de "nada es gratis": si quieres la pelota, tienes que hacer algo. Tu perro debe aprender a esperar, dile que se siente o se tumbe, lanza la pelota y hasta que no te mire no le des la orden de ir a por ella.
  • Aprovecha a ejercitar la obediencia.
  • No juegues más de 10 o 15 minutos, es suficiente.
  • No guardes la pelota hasta que tu perro se haya calmado. Hay que enseñar al perro a que una vez finalizado el juego no puede tocar la pelota y de esta forma que pueda aprender a desconectar.
En mi opinión, la mejor forma de jugar con tu perro y una pelota es esconderla y que la encuentre con la nariz:

  • El perro usa la nariz y no los ojos, por lo que estamos fomentando la utilización de su mejor sentido.
  • Con menos repeticiones, el perro se cansa más y de una forma más natural. 5 minutos de búsqueda ininterrumpida son mejores que lanzarle 100 veces la pelota.
  • Es un ejercicio con menos excitación.
  • Se puede aplicar el Principio de "nada es gratis".

En resumen, para prevenir la obsesión de tu perro con la pelota es mejor que controles su nivel de excitación y que el juego tenga una estructura, es decir, tú lo inicias y lo finalizas y durante el juego aplicas ejercicios de obediencia. Además, en mi opinión, es mejor jugar a ejercicios de búsqueda en los cuales el perro utilice la nariz, que fomentar el instinto de caza usando los ojos del perro.