El ejercicio que aquí te propongo para perros inseguros o con miedos a ruidos debe verse como parte de un trabajo global y más ámplio. Un trabajo que debe abarcar diferentes ámbitos, tanto en el momento en que se produce el problema como en el resto del tiempo en su vida cotidiana, para empoderarle y darle recursos para gestionar mejor esas emociones que lleven a tener un perro más seguro de sí mismo. Las cacerolas y las tapas metálicas nos pueden ayudar. ¿Cómo?
La mayoría de los casos de perros con miedos a ruidos repentinos se deben a la falta de referencialidad. Es decir, el perro no es capaz de saber de dónde viene el ruido y eso le hace tener una sobrereacción realizando conductas de huída o escape, en muchas ocasiones llegando a la emoción de pánico. Una forma de que el perro empiece a gestionar mejor esas emociones es darle esa referencialidad al ruido y que se empodere de él, y ahí es donde entran las cacerolas y las tapas metálicas.
En el vídeo verás un primer nivel de dificultad: se trata de, en un lugar seguro y tranquilo para el perro como puede ser su hogar, poner en el suelo una o varias cacerolas metálicas encima de sus tapas y